Claudia Ortega - portafolio personal de arte

Viajes


Viajes . . . he hecho
muchos viajes.

Viajes en la Tierra
viajes a otros Planetas.

Viajes siempre mirando . . .
. . . desde afuera.

Viajes nunca mirando . . .
. . . hacia adentro.

Viajes nunca entrando . . .
. . . en mi Universo.

Claudia Ortega





Viaje en el Camino del Pensamiento al Sentimiento, 2004


Yo soy, una ciudadana de la naturaleza y del mundo, en mi vida me ha tocado viajar y vivir en distintos lugares. Toda mi niñez y adolescencia la viví en Arica, una ciudad en el Desierto de Atacama, el más seco del mundo, al borde del mar, me bañaba en la playa Chinchorro, de la misma cultura que 2.000 años antes que los egipcios practicaban el proceso de momificación, momias que aún se encuentran en mi ciudad. Una ciudad pequeña desconocida, a 2.000 kilómetros de la Santiago que es la Chile, mi país largo angosto y pequeño. Pero esto no es lo único singular de mi ciudad, es una ciudad limítrofe, con Perú y Bolivia, sólo a 100 kilómetros en camino recto y plano a Tacna ciudad peruana y Iquique que es la primera ciudad chilena más cercana está a 309 kilómetros, no sólo es el triple de la distancia, es un viaje entre precipicios y cuestas que mientras uno lo hace, cada pequeños tramos uno ve el costado del camino lleno de cruces, en memoria de todas las personas muertas en los accidentes de transito. Por eso he vivido mi infancia, adolescencia y gran parte de mi vida, siendo chilena entre personas aymaras, quechuas, peruanas y bolivianas.

Siempre he tenido una gran avidez por el conocimiento y entendimiento del Universo. Por eso, a los 16 años partí de Arica a Santiago, para entrar formalmente en el mundo del Pensamiento, estudiando Ingeniería Civil Industrial en la Universidad de Chile, por mi amor por los fenómenos físicos, mientras estudiaba en la universidad, fui profesor auxiliar y ayudante de Mecánica II y Mecánica I (Cinemática y Dinámica en Sistemas No-referenciales respectivamente) del Departamento de Ciencias Físicas. Una vez titulada, me incorporé en el mundo de los negocios, trabajando casi diez años en Management Consulting, para IBM y Price Waterhouse en diferentes países y ciudades, como en los Ingenios de Azúcar en Cali Colombia, en pleno período de las guerrillas del narcotráfico.  Estás vivencias me permitió conocer distintas personas, culturas, sus miedos y alegrías. Luego, continué mi carrera profesional, en Sao Paulo como alta ejecutiva de Telefónica-Brasil, donde viví casi tres años.

Mientras trabajaba en IBM madre se enfermó de ELA Esclerosis Lateral Amiotrófica, la misma enfermedad que tuvo el científico físico teórico Stephen Hawking, le diagnosticaron 1 año y medio de vida, con una muerte lenta en un respirador. Cuando me fui a Brasil, ella empezó a empeorar, por lo que junto al desplazamiento físico, empecé un viaje personal diferente ya no tan racional, entrando en el mundo de los Sentimientos, empecé una relación con la medicina alternativa, a través del Reiki, las flores de Bach, lo que llevó a preocuparme de lo que está más allá de lo concreto, más allá de las leyes físicas, empecé a estudiar astrología con otros símbolos y estudios de otras realidades  invisibles a nuestros sentidos y entendimiento, esto fue un gran cambio, el inicio de un viaje, no como los numerables viajes, que había realizado, en Egipto, Turquía, Rusia, entre otros lugares, todos estos viajes los hacia mirando desde afuera . . . el viaje que había iniciado era un viaje ahora mirando hacia adentro, a mi propio Universo.

Este nuevo viaje, lo he reflejado en mis obras, es una invitación al espectador, donde a través de la naturaleza, en el microcosmo de una pintura, llegamos al macrocosmo y a nosotros mismos. A través, de una iconografía de la flora y fauna latinoamericana, principalmente del norte de Chile, Costa Rica y Brasil; con una paleta cromática, de colores saturados y contrapuestos, junto a los pensamientos o poesías que van junto a cada obra. Se busca llegar a la emoción y sentimiento de la alegría de la vida, pero al mismo tiempo los colores contrapuestos, reflejan que esta alegría es parte de la fragilidad de la vida.

Claudia Ortega