Tocando mis recuerdos
Con un pedazo de arcilla
y cerrando mis ojos,
si bien, no soy escultor
podría ir moviendo mis dedos
presionándola, como presiono tu cuerpo.
Siguiendo cada forma
cada entrada, de tu espalda
siguiendo la loma . . .
hasta llegar a tus piernas.
Volver a tu cara
y recordar tu mirada
tocar tu frente
y cada parte de tu alma.
Continuar con mis dedos
recordando, . . . cada poro,
cada orificio, cada espacio
porque conozco . . .
toda depresión, de tu cuerpo.
Continuaría tocando, . . . la arcilla
hasta llegar, nuevamente a tus pies.
Me separaría de ella, . . . la miraría
y vería una copia fiel . . .
de tu cuerpo y de tu piel.
Claudia Ortega