Enigmas
Los hombres, olvidamos el pasado,
. . . nuestras raíces cercanas.
Copiamos lo foráneo, olvidamos lo propio
llenándonos de interrogantes y encrucijadas.
Mi vida sólo tiene algunas memorias
de mi infancia, como los gigantes,
un enigma, desde pequeña, los veía
en los cerros de mi querida Arica.
Gigantes, quizás, ¿de los incas?
¿ó de otras culturas perdidas?
como las momias de Azapa
que predatan a las egipcias.
Recuerdo otros enigmas,
las pirámides de Egipto,
las esferas de Costa Rica,
la puerta del Sol de Tiahuanaco.
Y otros misterios, . . . como perseguir
a nuestra propia familia. . . tantos ejemplos
como lo reflejan, las ciudades e iglesias,
subterráneas, de la Capadocia en Turquía.
¿Quién podrá decir?¿Cuáles son nuestros orígenes?
si no respetamos los recuerdos
. . . de nuestros padres y abuelos.
¡Por eso . . . nos llenamos de misterios!.
. . . Esa es la trampa o la celada de nuestra vida.
Claudia Ortega
Enigmas, 2009
Desde la llegada del hombre a la Luna, hemos tenido nuevos descubrimientos en astronomía, física, matemática, bioingeniería, que nos han permitido conocer nuevas realidades y mejorar las comunicaciones físicas. En 1872 Julio Verne, publicó su novela de ficción “Vuelta al mundo en 80 días”. En la actualidad, podemos viajar en 3 días por ejemplo, a New York, Berlín y Pekín; o hablar simultáneamente e instantáneamente con personas en diferentes lugares del planeta, a un costo prácticamente igual a cero. Podemos afirmar que la Globalización, llegó.
Siendo, cada vez más difícil, conservar la identidad personal, mantener nuestras raíces y el legado que nos han dejado nuestros ancestros. Esto va permitiendo un menor conocimiento de nosotros mismos, empezamos a valorizar en menor medida nuestro patrimonio cultural.
¿Qué pasará en unos años, unas décadas y en los próximos siglos? ¿recordaremos nuestros orígenes, la esencia de nuestros abuelos? ¿Cuál será nuestra estética? ¿Nuestra ética?, ¿Nuestra lengua?, ¿Nuestro arte?, ¿Nuestras técnicas?. Creo que son aspectos que desde el arte, debemos reflexionar y preservar.
Claudia Ortega